El niño
El niño
Dile al niño que no se le aleje del gris,
que es su Valhalla y tiene que asumirlo,
que esos claros no existen ni en París,
que los oscuros son los cuervos y los mirlos.
El niño tararea versos blancos
para matizar sus días grises.
Ya no van descalzos,
los vistió a matices.
Camina preocupado por la dirección de lo púrpura
y por el tiempo que le queda de dolor
ayudado por su bombeante brújula
y su contrarreloj.
Es joven y cada vez menos ignorante,
cada vez menos feliz,
cada vez más impactante
la violencia tras su nariz.
Dile al niño que no confíe
ni en lo efímeramente pálido
porque lo que se fríe
siempre se vuelve árido
Dile al niño que no se le aleje del gris,
que es su Valhalla y tiene que asumirlo,
que esos claros no existen ni en París,
que los oscuros son los cuervos y los mirlos.
El niño tararea versos blancos
para matizar sus días grises.
Ya no van descalzos,
los vistió a matices.
Camina preocupado por la dirección de lo púrpura
y por el tiempo que le queda de dolor
ayudado por su bombeante brújula
y su contrarreloj.
Es joven y cada vez menos ignorante,
cada vez menos feliz,
cada vez más impactante
la violencia tras su nariz.
Dile al niño que no confíe
ni en lo efímeramente pálido
porque lo que se fríe
siempre se vuelve árido
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