Folio de cristal


Folio de cristal

Voy vagando sin rumbo en una soledad laberíntica,
en un océano de certezas negras,
en un establo donde la hípica
es esquivar obstáculos de piedra.

Aquí andamos con la cabeza gacha
por complejos encubiertos.
No la levantamos por miedo a la mancha
de que el granizo nos pille boquiabiertos.

Luces de neón en medio de la nada,
sólo son ansias de llamar la atención.
La discreción es virtud en casa ocupada
y de ella hacemos gala en cualquier ocasión.

Blancos manchados de líquido que sabe a hierro
olvidados por el contraste.
No es ambición por lo que duele si erro,
es el poco ego que me dejaste.

Escupo versos de odio sobre un folio hambriento,

se traga todo como un agujero negro.
Pero me lo devuelve en forma de aroma en el viento,
que inconscientemente integro.

El odio y el desprecio nunca tuvo diana
porque no hacía falta contacto para que volviera el bumerán.

Soy un rey Arturo robot que sólo sacaría la espada
para introducirla en su propio circuito neuronal.

Y no soy un masoca ni un sádico,
pero saboreo mi propio final.
Y es que ya no me muestro impávido
ni ante un folio de cristal.


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