Marzo

Marzo

Marzo.
Tiempo.

Alivios ausentes de tacto
como tejas sin tejado...
Acuerdos que no acaban en pacto
porque lo delgado se hace pesado.

Ya nunca volverá a ser igual,
quizá por el cambio climático.
Quizá porque lo único certero de la ciudad
es su inevitable pálpito.

Se suceden los segundos,

uno a uno y sin tocarse.
Reúnen lo mejor de ambos mundos,
pero no quieren fusionarse.

Parece que todo se para,

pero no.
No se pueden ver a la vez las dos caras
del reloj.

Hoy abriendo los ojos sólo veo oscuridad,
no sé distinguir los rojos de los grises.
Porque los fantasmas dejan de ser verdad
en el momento en que lo dices.

Se nos hace eterna la espera
como si de ella dependiera llegar.
Como si nunca hubiera existido una Viena

en la que poder cantar.

Hemos aprendido a sentir claustrofobia,
hemos aprendido a no querer saber.
Y todo para averiguar que el globo y tu noria
no pueden girar a la vez.


Marzo.
Tiempo.





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