Fiebre

Fiebre

Mi flora intestinal tirita de calor
y se despide de su polen con un portazo.
Díganle a mi corazón que le falta valor
para pedirme perdón con un abrazo.

Me hierve la sangre pasando de sólida
a una bruma gaseosa de intenso rojo.
Será causa de mi bipolaridad estólida,
que no me deja regar sin quemar el matojo.

Son venas rígidas y bioluminiscentes,
que me avisan cuando el gordo no bombea. 
Así somos los gélidos de sangre caliente:
sólo nos quita la sed la espuma de la marea.

Ardores en la garganta sinuosa 
del vigente campeón del desierto.
Ondea sus alas la mariposa 
mostrando confianza ante el general desconcierto. 

Tengo décimas en grados medios 
a punto de aprobarme el curso. 
Por eso la fiebre es el hándicap de los serios
en este, vuestro candente mundo. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

El niño

Frío abrasador

No