Enero


Enero
Enero.
Intermitente.

Comienzos ficticios,
reencuentros y despedidas...
Aquí se entiende de inicios,
no de sanar heridas.

Cambios, cambios. Urgen cambios.
Pero no varía la cosecha.
¿Cómo va a cambiar con los años
si siempre siembran en la misma fecha?

¿Y de qué sirve cambiar
si lo has hecho ya mil veces?

Va a servir de poco regar
si no vas a mirar cómo crece.

Vivo con el miedo de equivocarme de brecha
y de dejar de caer de pie.
Pero no todo en la bomba es mecha
cuando el cronómetro marca veintiséis.

Se fue volando sin mirar atrás
como hacen los alados.
Y si no lo hizo a ras
es por miedo a recordar que se ha equivocado.

Al diablo con seguir las normas


si eso nos obliga a elegir lados.
Si van a llover de todas formas,
mejor que nos pille anestesiados.

Qué falta le hace la sal a la nieve
cuando el suelo se muere de frío...
Y es que no sabe qué es lo que más hiere,
si la quemadura o el ardor del vacío.

Enero.
Intermitente.





Comentarios

Entradas populares de este blog

El niño

Frío abrasador

Veneno