Las zetas


Las zetas

Soy yo el que no concilia el sueño
porque me grita la almohada
y se despierta sin sentirse dueño
de las imágenes creadas.

Muerdo el agua en mi trance
porque la sed es insípida,
porque la aridez es el cáncer
de toda mente rígida.

Porque si ni despierto soy mío,
es imposible dominarme en lo onírico.
Como cuando estando frío
te salpica en el ojo el cítrico.

Podría dedicar versos sólo con la última letra,
pero mi mítica lírica es egoísta.
El insomnio posee la venta
y no la alquila a días vista.

Tejiendo universos paralelos
como la tarántula con la mosca.
A ambos se nos ven los miedos
atrapados en el tapón de rosca.

Las horas son instantes
y el parpadeo, infinito.
Se relajan las constantes
hasta rozar el finiquito.

Soy yo el que no concilia el sueño
porque me grita la almohada
y se despierta sin sentirse dueño
de las imágenes creadas.



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