Madurez
Madurez
Ya nada en rabia
como si su hábitat natural
fuese con branquias
que no dejan respirar.
Ya salta en nubes
como si un colchón de errores
fuese la solución de puzles
que no admiten equivocaciones.
Ya busca en océanos
como si el oro rojo
fuese como los pétalos
que ocultan sus ojos.
Ya corre sobre verjas
como si el lobo feroz
fuese inofensivo para las ovejas que no buscan perdón.
Ya vuela en sueños
como si evadirse de la realidad
fuese convertirse en dueño
de lo que pretende evitar.
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